Tu hijo vino a hablarte a Ti

7/02/2023

He observado y reflexionado acerca de las distintas personalidades de los niños.

Esta observación me llevo a ver un patrón que existe entre padres e hijos, un patrón que lo he entendido como el gran regalo que nos traen nuestros hijos.

Hay niños que son extrovertidos, saltan , bailan y se divierten, otros necesitan tiempo y paciencia ya que son muy minuciosos en sus tareas y quehaceres, otros expresan todo lo que sienten y quieren sin refrenar sus impulsos, otros constantemente quieren romper los límites y patrones establecidos , otros cuestionan todo lo que se les dice.. Y así podría seguir.

He percibido, con el correr del tiempo que esas cualidades de cada niño son precisamente las que necesitan sus padres. Pude ver como esas cualidades son las que le serian de utilidad al padre o a la madre para volver a alinearse con su ser y así caminar el camino que los llevará a sentirse plenos, en paz , en armonía y en bienestar, conectándolos nuevamente con su camino, con su propósito, con su inspiración.

Por ejemplo, he visto niños que tienen una dificultad motora momentánea y viene a enseñarle a su padre o madre que a pesar de la limitación se debe continuar. Por alguna razón ese padre o madre se enfrentará a un reto importante y necesita tener este ejemplo presente para continuar y hacer lo que desea hacer. Los niños les muestran esto a sus padres con la esperanza de que tome ese mismo ejemplo y lo integre a su vida, pues es lo que está necesitando en ese momento.

He visto niños que tienen mucha energía y solo quieren jugar, divertirse, correr, bailar todo el tiempo, no quieren perder ni un minuto. Estos niños invitan a su padre o madre a disfrutar de la vida, están mostrándoles que su vida pasa y no la disfrutan. Quieren transmitirles que ya no hay más tiempo para perder, cada minuto debería ser para disfrutar. Pero claro, el padre/madre esta tan agotado y agobiado de sus responsabilidades que cualquier invitación a divertirse es otro agobio mas y así lo seguirá viviendo a menos que integre la enseñanza que su hijo/a le trae. Si logra tomarse un tiempo libre para jugar de forma presente con su hijo/a experimentará un alivio inmediato en su cuerpo, pues es eso lo que está necesitando en estos momentos, dejar a un lado las responsabilidades y solo dedicarse a disfrutar. Y si logra sostenerlo en el tiempo, tomarse un descanso de las tareas diarias para disfrutar, se dará cuenta que comenzaran a llegar respuestas o soluciones a su mente que estaba buscando hace mucho tiempo.

He visto niños que requieren tiempo y paciencia pues son muy minuciosos. Estos niños vienen a contarle a su padre o madre que en la observación de los pequeños detalles están las respuestas. Vienen a incorporar a la vida de su padre/madre la paciencia, la lentitud y la observación. Quienes logren dejar de ir contra la corriente, detenerse y aminorar su marcha comenzaran a observar los pequeños detalles o señales, señales que posteriormente le indicaran el camino, ese camino que los llevara a un camino en consciencia y por ende alineado con su sentir.

Todo esto me ha llevado a reflexionar acerca del regalo que nos traen nuestros hijos y que está en nosotros decidir si queremos luchar contra eso para que se adapte a nuestra rutina de vida o aceptamos ese regalo y lo integramos a nuestra vida como parte de un cambio que les aseguro los llevara a un mayor bienestar.

Así como nuestros hijos, el universo entero está continuamente enviándonos regalos para ayudarnos a convertirnos en nuestra mejor versión. Está en nosotros tomarlo o dejarlo. Siempre la decisión es nuestra, es tuya.

¿Qué regalo te trajo tu hij@?

Con amor, Evangelina

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